La terapia es un recurso increíblemente valioso cuando enfrentamos situaciones críticas: traumas, duelos, ansiedad, y muchas otras adversidades. Sin embargo, a menudo surge la pregunta: ¿Cuándo es el momento de dejar de tomar terapia? Es natural preguntárselo, pero aquí te comparto una reflexión en 4 puntos que me parecen claves y que podrían cambiar la forma en que ves este proceso.
1. La terapia no es solo para cuando algo está mal:
Uno de los mayores estigmas es creer que la terapia solo es necesaria cuando algo en ti o en los demás está mal. La realidad es que la terapia no es simplemente para “arreglar” problemas, sino para evolucionar, prevenir y fortalecer tu bienestar emocional. Incluso cuando sientes que las cosas están bien, seguir profundizando en tu autoconocimiento y crecimiento es una forma proactiva de cuidarte.
2. No es cuestión de “terminar” sino de espaciar el proceso:
La terapia no tiene un fin determinado. Lo que cambia es la frecuencia con la que la necesitas. Una vez que has aprendido a manejar tus herramientas y te sientes en control de tu bienestar emocional, puedes reducir la frecuencia de las sesiones. Puedes pasar de ver a tu terapeuta cada semana a una vez al mes, luego cada trimestre o incluso de manera ocasional, cuando sientas que necesitas un refuerzo.
3. Tener herramientas no significa que ya no necesitas apoyo.
Es importante desmitificar la idea de que tener muchas herramientas implica que nunca más vas a necesitar terapia. Tener recursos para gestionar tus emociones y experiencias no excluye que, en ciertos momentos de la vida, necesites ese espacio de apoyo para procesar nuevas vivencias. Lo valioso de la terapia es que, con el tiempo, puedes acceder a ella cuando lo necesites, sin culpa ni presión.
4.Evolución constante.
La vida está llena de cambios y cada etapa puede traer nuevos desafíos. La terapia es un espacio donde puedes seguir evolucionando, explorando áreas de tu vida que tal vez antes no necesitabas atender. No se trata de quedarte en terapia para siempre, sino de potenciar tus resultados día a día.
Te confieso algo: a pesar de haber sanado las etapas más traumáticas de mi vida, he descubierto que estos espacios me siguen brindando enormes beneficios, incluso después de más de 20 años equipándome constantemente con herramientas. Todo lo que comparto contigo está basado en esas herramientas que he aprendido y las que he creado a lo largo del camino. La continuidad de estos espacios es invaluable para seguir evolucionando. Ser consciente de tus necesidades y respetar tu proceso de crecimiento es el mayor acto de autocuidado. Por lo que, en lugar de pensar en cuándo dejar la terapia, quizá puedas reflexionar sobre cómo seguir cuidando de ti de una manera que te permita crecer y florecer continuamente.
Con amor,
Yess
¡Namaste!