Los estigmas de la salud mental

A pesar de la era tan moderna en la que vivimos, en términos de salud mental pareciera que seguimos en la era de las cavernas. Aún existen muchas creencias que no han evolucionado a la par de otros aspectos de nuestra vida, especialmente en nuestras culturas latinas. Si te resuena alguno de los siguientes estigmas, este artículo es para ti:


  1. “Dios es mi mejor psicólogo, no necesito terapia.”
  2. “La terapia es para locos, yo no estoy loco.”
  3. “Hablar de mis problemas es una señal de debilidad.”
  4. “Yo puedo manejar mis problemas solo.”
  5. “La terapia es solo para casos extremos.”
  6. “No tengo tiempo para ir a terapia, ya tengo demasiadas responsabilidades.”
  7. “En mi familia no hablamos de esos temas, así que no es necesario.”
  8. “¿Cómo voy a contarle a un extraño mis problemas? Eso definitivamente no es para mí.”
  9. “Probé una vez y corroboré que eso no sirve.”

Si alguno de estos estigmas te resonó o lo has escuchado de alguien cercano, te invito a considerar los siguientes datos, que pueden transformar tu perspectiva y brindarte recursos sumamente favorables para tu salud mental.


  • Tu cerebro es tu órgano más importante. Así como visitas a un especialista para cuidar de tu corazón, estómago, oídos, huesos, etc., es esencial que atiendas tu salud mental. Literalmente, tu cerebro es tu activo más grande, sin él no serías nada.
  • Normalizar la terapia es un paso hacia la prevención. Entre más normalices la terapia en tu día a día, menos la necesitarás en momentos de crisis. Como dice el dicho: “Ve a terapia para que no necesites ir a terapia.”
  • La salud mental es parte de tu bienestar integral. Incluir la terapia en tu “canasta básica” de cuidados es tan importante como renovar tu despensa periódicamente. Al igual que te aseguras de tener lo necesario para nutrir tu cuerpo, es esencial cuidar tu mente. La prevención y el cuidado continuo mejoran tu calidad de vida.
  • No es debilidad, es fortaleza. Hablar de tus desafios y buscar ayuda es un acto de amor, no de debilidad. Te permite conocer tus límites y aprender herramientas para manejarlos.
  • Cada terapeuta y experiencia es única. Si tuviste una mala experiencia en el pasado, eso no significa que la terapia no sirva. Al igual que con cualquier especialista, es importante encontrar el adecuado para ti.
  • Contar tu historia a alguien imparcial puede ser liberador. Compartir tus vicisitudes con un profesional externo y capacitado te ofrece una nueva perspectiva y un espacio seguro donde procesar lo que estás viviendo.
  • Atender tu salud mental beneficia todo tu cuerpo. La salud mental está profundamente vinculada con la salud física. Si mejoras tu bienestar mental, podrás mejorar tu bienestar general, ya que muchos órganos se ven afectados por el estado de tu mente. Piensa en tu cerebro como la torre central: si cuidas de él, el resto de tu cuerpo también se verá beneficiado.

Entonces, que dices, ¿tomamos terapia? Todos mereces sentirnos bien y estar en paz. 


Si algo de esto resonó contigo o te hizo reflexionar, ¡déjame un comentario! Me encantará leerte y compartir tiempo contigo. 
 
Con amor,
Yess
¡Namaste!
 
"Toma terapia para que no necesites terapia"
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