Todos hemos pasado por momentos en los que sentimos que las emociones nos desbordan. Aprender a autorregularnos es clave para mantener el equilibrio y poder enfrentar situaciones difíciles. Hoy te comparto una técnica poderosa y práctica de 3 pasos que yo misma utilizo cuando siento que mi nivel de enfado o frustración está al límite. Esta técnica combina escritura terapéutica y masajes corporales para liberar las emociones de manera segura y efectiva.
1. Vaciar tu mente a través de la escritura
Cuando sientas que las emociones están en su punto más alto, toma un cuaderno, hojas en blanco y un bolígrafo. Comienza a escribir todo lo que pasa por tu mente, sin censura, incluso si eso incluye palabras fuertes o altisonantes. No te preocupes por la forma ni por la estructura, simplemente vacía todo lo que estás sintiendo. La escritura rápida, sin filtros, es una forma de expresar lo que a veces no podemos verbalizar.
- Empieza describiendo físicamente cómo te sientes: “Siento que la sangre me hierve” o “Estoy a punto de explotar”.
- Escribe sin detenerte hasta que la mano se te canse.
2. Masaje para liberar tensión y reevaluación
Evalúa cómo está tu nivel emocional considerando que 10 es el máximo de molestia o incomodidad. No importa si has bajado solo .5 o 1 punto; cada disminución es inmensamente valiosa. En cada bloque del ejercicio, vuelve a reevaluar tu nivel partiendo del 10, notando cualquier cambio.
- Masajea tu muñeca y antebrazo: Usa tu mano opuesta para darte un masaje circular en la muñeca, luego sube hasta el antebrazo. Este paso ayuda a liberar la tensión acumulada por la escritura intensa y, a la vez, te proporciona una pausa necesaria.
- Frota tus palmas: Frota ambas palmas con energía, creando calor y relajando tu sistema nervioso.
3. Rompe y libera
Después de escribir y cuando sientas que la intensidad ha bajado, rompe las hojas en las que vaciaste tus emociones. Romper el papel es una forma simbólica de liberar y dejar ir esos sentimientos. Vuelve a empezar con hojas en blanco, escribiendo nuevamente lo que aún te molesta o inquieta.
Repite el ciclo: escribe, masajea y rompe las hojas hasta que sientas que has bajado a un nivel 5 o 6. Estos son niveles donde la claridad comienza a regresar, y si sigues practicando, podrías llegar a un nivel 2 o 3, donde la paz ya se siente presente.
Y te revelo el gran secreto: sé que cuando estamos en situaciones desbordantes, el mayor reto es frenarnos e implementar estos ejercicios que en ese momento parecen inútiles, pero recuerda que la única manera de incrementar nuestro bienestar es atendiéndonos. De lo contrario, siempre estaremos a merced de cómo nos haga sentir el exterior, sobre lo cual no tienes control, pero sobre ti mismo sí que lo tienes. Sé amoroso y compasivo contigo mismo, ¡y a practicarlo se ha dicho!
Con amor,
Yess
¡Namaste!